Comunicación

Los porqués científicos del fenómeno fan en los adolescente

El grupo de fans o cultura de gustos se crea a partir de interés por un autor, un género o por atracción hacia una personalidad en concreto. Su existencia se debe por completo a los contenidos ofrecidos. Cuando estos cambian la audiencia se dispersa o se reconstituye de otra manera. El fenómeno de los fans y la creación de los ídolos populares es importante contemplar el sistema de valores y las tendencias culturales dominantes en una sociedad determinada. “Cada época fabrica sus propios ídolos, los cuales suscitan una gran admiración popular y se erigen como espejos de los valores dominantes de un tiempo”, tal como dice Mariana Galdós.

Actualmente, se utiliza el término fan en relación a los seguidores incondicionales de determinados grupos musicales, equipos deportivos y, especialmente, a los admiradores entusiastas de las figuras o estrellas más destacadas. Los fans adoran a sus ídolos y los ídolos a su vez reciben la adoración de sus fans. Su cultura, el fandom, con frecuencia va acompañado de la marca de un estigma social y el comportamiento de los fans “es visto como un comportamiento excesivo, desmesurado o que se pasa de la raya” (Jenson, 1992:9). Sin embargo, esta percepción está cambiando y algunos grupos de fans han adquirido un mayor protagonismo y visibilidad social gracias a las redes sociales siendo cada vez más respetados.

El fanatismo ha sido presentado como un hecho apasionado, irracional y caótico. Esto es, sin embargo, un planteamiento poco apropiado para la comprensión del fenómeno. Al tratar el tema en la actualidad se deben evitar una serie de tópicos que envenenan la cuestión. No se tratan de formas culturales minoritarias, ni de grupos sociales marginados. El fenómeno fan se puede identificar con la adolescencia y la juventud porque es cuando se configura la identidad. Lo que hace el adolescente es buscar su espacio en el mundo, mirando qué cosas de los mayores le gustan o no y dónde está él dentro de esas cosas. Luego hay gente que, a raíz de esa búsqueda de identidad, se engancha para toda la vida a un hobby, una afición, una música, a algo que les ha marcado como referente y que permanece en el tiempo. Pero la base es esta búsqueda de identidad por contraste con el otro con quien me identifico, a quien sigo y qué cosas extraigo de ahí.

El fenómeno fan se ha identificado tradicionalmente con las mujeres por una cuestión de emotividad. Generalmente las fans suelen ser chicas adolescentes enamoradas de chicos guapos, exitosos, cuyo fanatismo se basa en esa proyección romántica de la fantasía del príncipe azul. El fenómeno fan, al tener que ver con lo que me gusta o no, con lo que me genera o no emoción, es poco discutible, no es racional. En este sentido las mujeres tienen una mayor emocionalidad, y los hombres, en esta configuración de identidad, pudieran ser más racionales, pero, a día de hoy, las fronteras se están rompiendo. En este momento, cada vez hay menos diferencias. Cada vez los géneros se están acercando más.

Las mujeres suelen ser mucho más expresivas a la hora de demostrar su fanatismo, pero al mismo tiempo, ese fanatismo suele tener una trayectoria más corta. A los 20 o 21 años manteniendo cierta lealtad hacia el ídolo adolescente cambian sus prioridades y gustos. Los hombres suelen demostrar, en principio, un fanatismo más moderado o interiorizado, menos emotivo, menos teatral, pero es mucho más prolongado en el tiempo. Es muy habitual encontrarse a heavys de 50 años que siguen siendo muy fans del grupo del que eran muy fans cuando tenían 15 años.

Para el psicólogo Guillermo Fouce, “existen casos de trastornos de seguidores, como el fan que se quitó una costilla porque su ídolo, Marilyn Manson, se la había quitado o casos en los que el fan se ha suicidado o casos en los que un fan acosa a un artista” (los más conocidos son los del asesino de John Lennon, Mark David Chapman o la asesina de “la reina del Tex-Mex” Selena, Yolanda Saldívar, o más recientemente el suicidio del fan de Lady Gaga, Jamie Rodemeyer, en septiembre de 2011) , “pero en estos casos hay una patología de base, previa, que se manifiesta o interrelaciona con un fenómeno normal como el de seguir o identificarse con alguien o algo. El límite estaría en la eliminación de otros contactos o intereses en pos de esa afición. El problema surge cuando esta afición tiene una centralidad tan significativa que todo lo demás desaparece. Sin embargo la gran mayoría combina esta afición o seguimiento con su vida normal y no es más que otra actividad dentro de su vida.”

La relación y dependencia entre líder y seguidor es totalmente biunívoca en el sentido emocional. El fan es adicto al artista, pero el artista es también adicto al fan. Muchos artistas piden conocer a sus fans más fieles después de verles una y otra vez en la primera fila de sus conciertos.

BIBLIOGRAFÍA

Busquets Duran, J. (2012). El fenómeno de los fans e ídolos mediáticos: evolución conceptual y génesis histórica. Revista de Estudios de Juventud. Jóvenes: Ídolos mediáticos y nuevos valores (96), 13-29. Recuperado 12 de Marzo de 2016. http://www.injuve.es/sites/default/files/2012/45/publicaciones/Revista96_1.pdf
Espinosa Alfonso (2015). Todas las claves del fenómeno fan. Artículo de la revista Plácet. Recuperado 12 de Marzo de 2016. http://revistaplacet.es/claves-fenomeno-fan

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